Wednesday, September 11, 2013

Me Agrada Cory Monteith

Me gustaba Cory Monteith (Si, yo a veces veo GLEE). Cory era el tipo agradable llamado Finn Hudson en la popular serie de televisión alrededor de la Escuela Preparatoria Club Glee. El siempre proyectó ser un tipo agradable, de alguna manera ingenuo, un personaje de mariscal de campo de futbol americano. En la vida real, él era un actor y cantante talentoso, aunque no tenía un entrenamiento en canto formal. Él también tenía un problema de drogas y este mes él fue encontrado muerto como un resultado de una sobredosis de drogas a la corta edad de 31. Él había estado en rehabilitación de las drogas varias veces, la más reciente en abril de este año. Él era amado por sus fans.

Tributos para Cory Monteith, alias Finn Hudson, abundaron en la prensa y medios sociales después de su muerte. Tengo este mal hábito de leer los comentarios a los artículos que leo en el internet. Muchos de ellos son increíblemente estúpidos y escritos bajo seudónimos, asumo que es para que los escritores no tengan que listar sus verdaderos nombres y que todo el mundo observe cuan prejuiciosos y mal informados están en realidad. Algunas de las cosas más groseras que he visto ser escritas fueron respuestas de los lectores a los artículos noticiosos en el internet.
En el caso de Cory Monteith, por el contrario, no vi nada más que alabanza y un sentido de pérdida trágica de una vida tan joven  y talentosa. Esperaba por lo menos un comentario mordaz, pero no hubo ninguno. Nadie dijo, “obtuvo lo que merecía por usar drogas.” Nadie dijo que él merecía estar en la cárcel por “romper la ley y usar sustancias ilegales.” Pero él había cometido crímenes. El actuó a sabiendas de las posibles consecuencias de sus actos, pero nosotros pasamos eso por alto porque amábamos a Finn.

En contraste con los comentarios de los lectores que vemos cuando hay un artículo acerca de inmigración. Hay una falta de simpatía casi total para las personas en los Estados Unidos sin autorización legal. Aparentemente, no hay castigo para este predicamento que sea demasiado. La gente comenta rutinariamente que los inmigrantes no autorizados deberían ser puestos en fila  y disparados (o disparados desde helicópteros como cerdos salvajes como un legislador lo propuso),  que ellos deberían enfrentar destierro permanente de los Estados Unidos y sus familias, que ellos son los que han mermado nuestra sociedad, son tomadores egoístas de nuestro país que no tienen derecho a reclamos bajo la ley o ni siquiera a la dignidad humana. Aun inmigrantes traídos aquí desde su niñez (los “Soñadores”)  no están exceptos de la fuerte crítica expuesta en el internet.
En un caso en particular hace alrededor de un año atrás, una niña en el noroeste fue traída aquí desde pequeña, quitada de sus padres por parte del estado  y puesta en el programa de adopción (foster care), y eventualmente adoptada por una familia de ciudadanos americanos. La adopción fue realizada legalmente, pero la familia fracasó en entregar papeles con el servicio de inmigración para arreglar el estatus de la pequeña. Ellos aún preguntaron al servicio de inmigración en su momento si necesitaban entregar algo más, y ellos le dijeron que “no”.

Honestamente, estas son leyes muy complicadas y aún las agencias encargadas de ejecutarlas a menudo se equivocan. Así que los padres confiaron en eso y asumieron que su hija adoptiva era una ciudadana americana. Ella también creció creyendo que era una ciudadana americana – hasta que llegó el tiempo para que ella aplicara por su primer licencia de conducir y se dio cuenta que no tenía un certificado de nacimiento americano. Aún más, el servicio de inmigración decidió que ella no estaba autorizada a estar aquí y que debería ser deportada de regreso a un país que ella no conocía y cuyo lenguaje no hablaba.
Al oír esta trágica historia, un conocido en Facebook público que era bueno que finalmente el servicio de inmigración estuviera haciendo su trabajo al deportarla. Yo respondí que no era el trabajo de ninguna agencia del gobierno de los EEUU el separar a niños inocentes de sus familias. Y fui acusado de (y a menudo he sido acusado a partir de ahí) no dar la suficiente importancia o respeto a la ley, aunque soy un abogado.

En mi corazón me pregunto, ¿“Dónde está la lástima para esta pobre niña y su familia?” Cuando enfatizamos que ella no hizo nada malo, se nos dijo que es lamentable que ella tenga que sufrir las consecuencias de la negligencia de sus padres, pero la ley debe prevalecer. Si no la castigamos, otros inmigrantes se animarían a hacer lo mismo. El Inspector Javier de Les Miserables (“Los Miserables”) hubiese estado orgulloso.
Así que me pregunto, ¿cómo podemos ser tan perdonables y nada juiciosos del actor Cory Monteith, quien aparentemente no conocíamos tan bien, y podemos ser tan imperdonables de nuestros vecinos quienes están tratando de pasarla como el resto de nosotros? Estas personas viven en medio nuestro, trabajan en medio nuestro, adoran con nosotros. Ellos se han convertido parte de la tela de nuestra sociedad. Más de la mitad de las personas que están aquí sin autorización han estado aquí por diez años o más. Un alto porcentaje de ellos viven hogares de estatus mezclados- eso es, por lo menos un miembro de la familia está aquí sin autorización, pero otros miembros dentro de la unidad familiar son ciudadanos americanos.

Seguramente, hay una mejor solución que continuar deportando algunas 400,000 personas cada año, la mayoría sin ser criminales. El año pasado, alrededor de 80,000 padres de ciudadanos americanos fueron deportados de los EEUU. Es una crisis humanitaria de altas proporciones, pero ignorada por parte de tantos que los desestiman simplemente porque son “ilegales”. La ley puede decir que es requerido, pero eso no significa que es lo que es bueno para los EEUU.
Hay tantas razones por las que un camino a la legalización tiene buen sentido tanto económico como moral para los EEUU pero yo  no intento referirme a todas ellas en este blog. En su lugar quiero preguntar, ¿por qué nosotros pasamos tan fácilmente por alto las faltas de alguien como Cory Monteith, y tan vehementemente queremos castigar a los extranjeros entre nosotros, la mayoría de los cuales no han cometido ningún crimen más que el de entrar sin permiso en búsqueda de una mejor vida?

En muchas maneras, ellos son tan parecidos a nosotros. Son tan parecidos a nuestros ancestros, quienes inmigraron a este país y encontraron una manera de quedarse. Ellos merecen algo mejor. Ellos merecen misericordia. Ellos no merecen ser llamados “ilegales”. Ellos merecen ser llamados “vecinos”. No sólo será mejor para ellos si escogemos este camino, será mejor para el resto de nosotros.

Por: Roger McCrummen
The McCrummen Immigration Law Group, LLC

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